Hace tiempo me respondí esta pregunta cuando perdí algo muy especial, y hoy me encontré a una querida alumna y amiga que se cuestiona con la misma interrogante… ¿Por qué tenemos que esperar a perder algo para poder saber cuánto cuesta lo perdido?

Antes de responder quisiera aclarar un término muy sencillo y así evitar un nuevo tipo de pregunta, cuando hacemos referencia a “algo”, nos estamos refiriendo a cualquier tipo de cosa animada o no, viviente o no, es decir hablamos de un objeto que puede ser una partícula, una roca, un perro, una persona, etc. Aclarado esto…

La respuesta es muy simple, sabes el valor de lo que tienes, mas no el valor de lo que no tienes porque desconoces que exista, pero cómo puedes saber el valor de las cosas que no posees si no las posees y/o las desconoces, es por ello que debes tenerlas, pero al tenerlas sabrás el valor de las cosas que tienes que es el primer caso, pero sabrás que existen, es por ello que deberás perderla para saber el valor de algo que sabes que existe pero que ya no tienes, la pregunta debería ser entonces, ¿las cosas que perdemos tienen el mismo valor que antes? Y la respuesta es sí, cada cosa tiene su propio valor y el hecho de tenerlas o no, no debería afectar su valor, ya que estamos hablando de dos atributos que representan propiedades o características diferentes.

Como nota adicional, la cosas no poseen un valor único y universal, el valor que creemos que poseen es simplemente eso, y no es otra más que una simple creencia y la banal necesidad de cuantificar todo lo que tenemos.

Ahora bien la necesidad de respondernos a nosotros mismos la pregunta planteada responde al hecho de cambiar el estado de lo que “creemos” es nuestra pertenencia, las cosas que vemos, sentimos, palpamos, etc., no son nuestras, ni siquiera nuestra propia existencia es nuestra, simplemente estas “cosas” nos permiten crearnos esa sensación de pertenencia y es por ello que al darnos cuenta que no es realmente una cosa que podamos tener simplemente no podemos perderla. A fin de cuentas como dice Lisa Simpson «…todo se resume en consubstanciación vs  transustanciación